lunes, 25 de junio de 2012

AYER


El ayer es la tierra sobre la que siembran versos los poetas. Algunos crecen y se convierten en bosques de árboles sin hojas, por los que se cuelan los rayos del Sol. Otros no germinan, pero hunden sus raíces en el suelo tratando de alcanzar el lugar donde no existe el tiempo. El tiempo avanza imparable y se basta a sí mismo. Al tiempo no le importa el ayer, ni el hoy, ni el mañana. El tiempo es una palabra muy larga, de milenios, y el ayer se postra a sus pies, acomplejado de su brevedad. El presente se yergue orgulloso ante el tiempo, porque tiene vocación de infinito. El futuro mira hacia atrás con la ansiedad deformando sus contornos, con el miedo a fracasar y la ilusión de un mundo nuevo sobre sus espaldas.