Para mi abuelo Primi, que se marchó a Alemania en busca de un futuro para su mujer y sus seis hijos, y para Francys, por su apoyo incondicional.
Querido Manuel:
Hace varios días que habrás llegado a
Alemania. No lo sé con certeza, tu madre no me ha dicho que día te fuiste
exactamente. ¿Por qué no me dijiste que te ibas cuando llamaste por teléfono
hace unas semanas? Te noté nervioso, pero lo achaqué a alguna discusión con tus
padres. Sé que desde que terminaste la Universidad y no encuentras trabajo
vuestra relación se ha deteriorado un poco. Bueno, no importa Manuel, quizás no
quisiste decírmelo para que no me apenara. Quizás
piensas que estar en una residencia ya es bastante triste y no quisiste
afligirme más. Ya eres un hombre y respeto tu decisión. Hace mucho tiempo
que dejé de empujarte en los columpios del patio de atrás.