martes, 2 de abril de 2013

QUERIDO MUELLE


Foto de José Antonio Rojo www.rojofoto.es

Ambos nos enamoramos de la misma luz y del mismo grito. Compartimos esa pasión que pocos entienden y  muchos desprecian por darle un poco de color a las mejillas de esta Babilonia que llamamos Madrid. Vivimos épocas diferentes: tú La Movida, sorteando charcos de vómito, huyendo de la Parca que esgrimía una cuchara quemada de heroína y una jeringuilla; yo los años de la locura del progreso económico, buscando el rostro auténtico de Madrid tras las luces de neón y bajo el asfalto donde han muerto los sueños de toda una generación. Ambos sentimos la misma ambivalencia hacia una ciudad viva y muerta a la vez, cosmopolita y provinciana, burguesa y obrera, falsa y cierta. Ambos buscamos la luz desde el extrarradio de Madrid, donde el corazón del tiempo late más despacio. Ambos, estoy seguro, observamos las luces de Madrid ardiendo en la noche, asustados ante la misma enormidad. Miramos a los ojos a los mismos fantasmas, a los mismos cinco millones de muertos. Y para no morir viviendo como ellos, nos dirigimos a las paredes para escribir sobre ellas soñando con la eternidad.